(Tatiana Huezo, 2017)

Tempestad, de Tatiana Huezo, empieza donde otras películas quizá escogerían terminar. Encerrada por mucho tiempo en una cárcel controlada por el narco, Miriam es visitada por un abogado que le dice que, por falta de pruebas en su contra, ha sido puesta en libertad. En otra película, éste sería el final feliz, en el que nuestra heroína, después de sobrevivir lo peor que la humanidad puede ofrecer, finalmente puede regresar al mundo real, a una vida normal. Pero la transición fuera de ahí no es suave. “¿Así de fácil me voy a mi casa? ¿Con todos los muertos? ¿Con todo el dolor?,” se dice a sí misma. Fuera de la cárcel, ella y su abogado viajan con extremo cuidado, con temor de que los secuestren. Miriam cuenta de mirarse frente al espejo y no reconocer a la mujer que ve frente a ella. De caminar entre la gente y sentirse como si estuviera cargando todo el tiempo un letrero con la etiqueta de “prisionera”. Miriam está fuera de la cárcel, pero no es del todo libre.

La melancólica narración de Miriam es complementada por un formato de presentación inusual pero acertado. Así como la brillante La libertad del diablo de Everardo González de este mismo año, Tempestad es un documental sobre la violencia que en México causan el crimen organizado y la corrupción, y los efectos que ésta tiene en los que se ven involucrados en ella. Como la película de González, Tempestad evita el sentimentalismo al distanciarnos un poco de sus sujetos de interés. Miriam aparece sólo hasta el final, en la preciosa y conmovedora toma que cierra la película. A lo largo de ésta, Miriam cuenta su experiencia en la cárcel, y su narración en off es acompañada de imágenes de un viaje en autobús de Matamoros, Tamaulipas, la ciudad donde fue encarcelada, a Tulum, donde se quedó Leo, su niño. Sobra decir que el viaje en autobús no refleja directamente las experiencias de Miriam. Huezo ni una vez nos muestra imágenes de la prisión, pero su encarcelamiento es sugerido por una primera secuencia en el interior de un edificio abandonado desde donde se pueden ver los árboles sacudidos por el viento a través de los huecos de las ventanas. Su recuento de los primeros días ahí es acompañado de una fuerte tormenta golpeando las ventanas del autobús. El día a día en la cárcel es explicado con la metáfora visual de un mercado operando en el fondo. Las imágenes de Tempestad no nos cuentan los hechos, pero nos sugieren atmósferas, estados de ánimo.

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La historia de Miriam no es la única que Tempestad cuenta. Temprano en su viaje por carretera, la película se establece por un momento en un circo, donde Adela, payaso de vocación, nos cuenta de ella. De haber sido criada por una familia del circo, de por qué optó ser payaso en lugar de acróbata. La historia de Adela es notablemente diferente a la de Miriam, tanto en contenido como en presentación. Si el segmento de Miriam venía acompañado del paisaje y uno que otro rostro humano anónimo, el de Adela sigue de cerca la vida cotidiana de ella y de su familia: cómo montan la carpa, cuidan de los más pequeños y se ejercitan y ensayan antes de salir a escena. A diferencia de Miriam, quien de inmediato nos sumerge en los horrores por los que pasó, Adela sólo nos revela que su hija fue secuestrada ya avanzada la película.

La diferencia entre las dos historias crea, en un inicio, cierta disonancia. La razón por la que éstas se están contando de manera paralela no es aparente hasta después de cierto tiempo, hasta que Adela cuenta del secuestro de su hija. El que las imágenes que acompañan historias de Miriam y Adela sean presentadas en estilos tan distintos, una como un viaje paisajístico a lo largo de la costa este de México, la otra como el día a día de una familia dedicada al circo, invita a uno preguntarse si era necesario unir sus narraciones en un mismo proyecto. ¿Cuál es el contraste que Huezo busca crear? De alguna manera, la diferencia en enfoque está determinada por las fundamentalmente distintas experiencias de las dos mujeres. Ambas son madres de familia, pero una fue arrebatada de su hijo, mientras a la otra se le arrebató su hija. Los horrores que Adela se imagina, Miriam los vivió. Ambas comparten una necesidad y deseo por regresar a la normalidad, pero sus metas inmediatas son distintas. La de Miriam es regresar al lugar que pertenece a través de un viaje solitario, acompañado de extraños. La de Adela es tratar de seguir con su vocación de siempre, acompañada de la familia que todavía le queda.

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Tempestad expone suficiente sobre el narcotráfico y la corrupción para llenar a uno de horror y un colérico sentimiento de impotencia. En su narración, Miriam cuenta cómo fue entregada por su empleador a la policía y de la policía al narco. Durante su proceso legal, su abogado asignado por la corte le explicó que su encarcelamiento ocurre sólo por razones políticas, que está siendo enviada a prisión para pagar por los crímenes de alguien más. Que está cumpliendo el papel de chivo expiatorio para un caso de trata de personas que sí ocurrió. Cuenta cómo los encargados de la cárcel extorsionaban a sus familiares por 500 dólares a la semana para mantenerla con vida. De un inmigrante centroamericano que fue asesinado frente a ella. Adela, por su parte, cuenta que fue un amigo de su hija el que la entregó a sus captores. Que la Agencia Federal de Investigación se encargó del caso durante seis meses, sin obtener resultados, tiempo durante el cual no pudieron realizar sus propias averiguaciones. Y que ella y sus familiares fueron amenazados de muerte si es que seguían tratando de investigar.

Pero entre sus tortuosas experiencias, Miriam y Adela comparten instantes de esperanza y optimismo. Miriam cuenta de hacerse amiga de una mujer mayor que le compartió de su pan y su café en sus primeros días, y de encontrar solaz en una canción de Rigo Tovar. La escena más conmovedora de la película ocurre entre Adela y sus amigas, en la forma de una entrevista que se convierte en una sesión de bromas y termina en abrazos y lágrimas. Más que lo que sus personajes han sufrido, lo que verdaderamente parece fascinar a Huezo es la fuerza de voluntad y resistencia de estas dos mujeres. Tempestad es una película sobre mantenerse a flote y regresar al escenario después de que a uno se le ha quitado tanto, de manera tan cruel, tan injustamente.

★★★★