(Wonder; Stephen Chbosky, 2017)

Extraordinario, de Stephen Chbosky, es una muy linda película sobre cómo ser una buena persona. Cuenta de August Pullman (Jacob Tremblay), quien nació con una rara deformación facial consecuencia de una complicación genética. Después de 27 cirugías estéticas, Auggie puede finalmente puede ver, escuchar y respirar bien, pero todavía no luce “normal.” Tiene cicatrices visibles, los ojos caídos y una protuberancia en la nariz. Ahora que tiene diez, once años, está en el momento en el que finalmente se da cuenta de sí mismo y de cómo otros lo perciben. Su madre Isabel (Julia Roberts), acostumbrada a educarlo en casa, decide que es tiempo para que entre a la escuela. Auggie está nervioso. Él y su padre, Nate (Owen Wilson), temen que los demás niños se burlen de él. A Isabel también le preocupa, pero sabe que es mejor que Auggie se acostumbre temprano a socializar. Después sólo será mucho más difícil.

Isabel y Nate criaron a Auggie en una especie de burbuja. Aunque Extraordinario se sitúa en el precioso y colorido Nueva York que sólo existe en las películas, el cuarto de Auggie es el único detalle que se siente del todo realista. Es la clase de habitación que dos padres tan preocupados por la protección de hijo le darían. Auggie es aficionado a los videojuegos y a La guerra de las galaxias y vive rodeado de juguetes y disfraces alusivos–la película tiene casi tantas referencias a la serie como Star Wars: Los últimos Jedi; Darth Sidious y Chewbacca hasta hacen cameos–y él mismo viste una trenza de aprendiz de Jedi. Auggie casi no sale de la casa y cuando lo hace es con el rostro cubierto por un casco de astronauta. Cuando finalmente entra a la escuela, sucede lo que él espera y algunos niños se burlan de él. Pero para darle crédito al guion de Jack Thorne, Steve Conrad y Chbosky, basado en la novela de R.J. Palacio, uno entiende porque Julian (Bryce Gheisar), el bravucón designado de la película, hace lo que hace. Julian es arrogante y grosero desde el principio, pero sólo cuando Auggie se defiende y lo hace quedar en vergüenza es que Julian decide hacerle la vida imposible. No lo odia por su apariencia, meramente se apoya en ella porque sabe que es su punto débil.

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Auggie está acostumbrado a se le queden viendo y hasta se rían de él. Sabe que los demás lo tratan diferente, ya sea por asco o por lástima. Su festejo favorito es Halloween porque puede ponerse una máscara y los demás no se fijan en su apariencia. Auggie tiene una percepción e inteligencia rara en alguien de su edad, pero también más inseguridades. No puede imaginar que alguien de su edad se quiera juntar con él por una razón que no sea que un adulto se lo pidió. Se ve a sí mismo como poco más que su condición, no reconoce la inteligencia y sentido del humor que otros ven en él. Jacob Tremblay, de sólo once años, da una actuación encantadora y expresiva. No debe haber sido fácil, considerando que debe comunicar tanto con sólo los ojos, y cargar con el peso de una película debajo de una densa capa de prostéticos y maquillaje.

Auggie es el personaje mejor delineado de Extraordinario, aunque su hermana adolescente Via es tanto o más complicada. La película le da un ligero aire de tragedia. Ella ama a su hermano pero sabe que, para bien o para mal, él siempre es el centro de atención. Ella quisiera recibir un dejo de la atención que el recibe, pero se cuestiona: ¿no sería egoísta querer quitarle algo que él necesita más que ella? En su intento de no convertirse en una carga más para sus de por sí ya agobiados padres, Via se esfuerza por volverse independiente y autosuficiente, al punto del aislamiento. Se mueve sin problemas a través del metro de Nueva York y rutinariamente visita Coney Island, donde solía ir seguido acompañada de su abuela (Sonia Braga, robándose la única escena que le da la película), el miembro de la familia en que más confiaba. Se guarda todo lo que le pasa, y uno puede imaginar cuan fácilmente podría terminar guardándole rencor a sus padres y a su hermano.

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Extraordinario es frecuentemente perceptiva, pero también empalagosa. Es la clase de película preciosista e inofensiva en la que hasta los adultos se sonrojan con la mera sugerencia del sexo. El tema central no es recalcado sólo a través del diálogo, sino que en más de una ocasión hasta es escrito en un pizarrón. Abunda la narración en primera persona, que muchas veces nos comunica información que se puede deducir fácilmente por lo que los personajes hacen. Y su formato de presentación, aunque bien intencionado, no es muy profundo. Extraordinario repite los mismos eventos desde varios puntos de vista: además de Auggie, vemos cómo sus primeros días en la escuela los viven Via y Jack Will (Noah Jupe), el mejor amigo de Auggie. La intención es clara, mostrar cómo todos lidiamos con problemas e inseguridades similares, cómo en el fondo todos somos complejos. Pero las caracterizaciones se quedan cortas de hacerlas personas de carne y hueso. Isabel es la madre trabajadora que dejó sus sueños para cuidar a su hijo y Nate es el padre buena onda y bromista; Miranda (Danielle Rose Russell), la mejor amiga de Via, tiene una historia de fondo demasiado complicada y que se siente fuera de lugar.

Extraordinario no es una gran película, pero no puedo negar que tiene más de un momento que se siente totalmente verdadero y que me conmovió cerca de las lágrimas. Es manipuladora, pero en el buen sentido. No hay mucho en lo que se refiere a conflicto, sobre todo en su segunda mitad, que se siente menos como un drama y más como pasar el rato con personas que le caen bien a uno. Ésta es una película que cree en la amabilidad y bondad de las personas, sobre todo de los maestros (un tema que repite con Las ventajas de ser invisible, la última película de Chbosky, basada en su propia novela). Pero al mismo tiempo que es una película sobre cómo la vida es mejor cuando se es gentil, se da cuenta de que la gentileza siempre es producto de una decisión consciente. Que muchas veces es más fácil guardarse lo que uno siente por temor a ser juzgado. Más fácil dejar que los problemas de uno crezcan sin proporción. Más fácil pensar que a los demás no les importas. Extraordinario no es sólo una película sobre ser una buena persona; en su sutil y tierna manera, también es una película sobre lo valiente que se necesita ser para ser buena persona.

★★★