En México, las salas de cine se encuentran abiertas de nuevo, pero la contingencia sanitaria por COVID-19 continúa. Si deciden ver Observada o cualquier película en cines, asegúrense de seguir las recomendaciones de higiene y seguridad pertinentes.
(Watcher; Chloe Okuno, 2022)
Julia (Maika Monroe) y Francis (Karl Glusman) llegan a Bucarest, Romania, después de un tiempo de vivir en Nueva York. Son una pareja recientemente casada y él acaba de recibir un ascenso que requiere mudarse ahí. Julia, que solía ser actriz, no tiene mucho que hacer. Pasa mucho tiempo en su nuevo apartamento y desde su ventana, nota cómo uno de sus vecinos parece observarla desde su propio edificio al otro lado de la calle. Caminando por las calles de la nueva ciudad, ella se lo vuelve a encontrar y está segura de que la está siguiendo.
Éste es el planteamiento básico de Observada, dirigida y escrita por Chloe Okuno (partiendo de un guion de Zack Ford). Su primer acierto como una película de suspenso es concentrarse en el punto de vista de su protagonista y crear un sentido de aislamiento que incrementa el peligro y la incertidumbre, la sensación de que está perdiendo contacto con la realidad. Julia está en una ciudad donde no conoce a nadie, no tiene en quien apoyarse salvo en su muy ocupado esposo. No habla el idioma, y necesita de él (nativo de Rumania, aunque ha perdido un poco de práctica) como intermediario para las interacciones diarias más simples. Por si fuera poco, Julia y Francis escuchan de un asesino serial que acaba de cobrar su víctima más reciente en la proximidad de donde ellos viven. Julia tiene muchas razones para sentir temor, y nosotros para identificarnos con éste.
Su segundo acierto es hacer que la película gire alrededor de la mirada, quizá el concepto más cinematográfico que existe y uno que por supuesto ha sido explorado por muchos de los mayores clásicos del medio. Superficialmente, Observada recuerda a La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock, en la que un hombre convaleciente empieza a espiar a sus vecinos y cree haber descubierto un asesinato. La película de Okuno encuentra frecuentes ocasiones para aludir a la mirada y a la dinámica de poder implícita en ella. Julia se siente como objeto de la mirada de un hombre potencialmente peligroso y por ende vulnerable; sus acciones y ubicación están bajo escrutinio, pero ella no puede hacer lo mismo con la persona que la vigila. Para voltear la situación, ella recurre a seguirlo sin que éste se dé cuenta, a revisar las cintas de seguridad de un mercado para identificarlo; hasta como un borroso patrón de luces, él tiene la capacidad de perturbarla. Un comentario social más amplio aparece cuando las circunstancias llevan a Julia a un club de striptease, donde la idea de las mujeres como objeto para las miradas masculinas se vuelve obvio. Todo se siente muy deliberado e intencional.

Maika Monroe, mejor conocida por sus papeles revelación en las películas de terror independiente Está detrás de ti y The Guest, tiene aquí la oportunidad de mostrar una timidez enternecedora que se transforma en determinación sin reservas. Uno puede percibir su tensión y estrés en momentos donde pareciera no hacer nada. Pero es simpática y suelta en una escena con su vecina del pasillo, Irina (Mădălina Anea), de sus pocos espacios seguros. Burn Gorman, a quien podemos ubicar por papeles de secundarios en Batman: El caballero de la noche asciende (de villano) o en Titanes del pacífico (de bueno), interpreta a Weber, el vecino y logra evocar a Anthony Perkins en Psicosis en que su soledad y trato antisocial pueden interpretarse como una gentileza incomprendida. La película encuentra suspenso verdadero en la ambigüedad de sus intenciones y es inteligente al sugerir los paralelos entre Julia y Weber en sus vidas solitarias.
Visualmente Observada tiene una propensión muy moderna hacia la poca profundidad de campo: sus personajes, sobre todo Julia tienden a aparecer en planos cercanos con el fondo difuminado a su alrededor. El recurso es a veces ingenioso; a ratos podemos percibir una forma en movimiento, pero no podemos hallarle forma. Julia siente algo a su alrededor, pero no está segura de qué es hasta que puede voltear. Pero el sobreuso orilla a la película a lo visualmente plano. No crea una verdadera sensación del espacio y su Bucarest no tiene una verdadera personalidad. La cámara hace demasiado énfasis en la rutina y la frialdad; pocas veces es usada de manera verdaderamente expresiva. No tiene imágenes que verdaderamente persistan en la mente una vez que acaba.
La historia no tiene muchos giros, el final solamente rectifica lo que sospechábamos en un principio; sus relativamente breves 96 minutos no obstante se sienten como un largo preámbulo a una conclusión que puede verse venir a kilómetros de distancia. Observada apunta a lo conciso y elemental, pero se queda en lo lento y hueco. Su discurso termina eclipsando su técnica: es después de todo una película sobre las ansiedades de una mujer que se siente en peligro real y de las personas, especialmente hombres, a su alrededor, que tratan de convencerla de que está exagerando y de que desconfié de sus intuiciones. En Francis encuentra un ejemplo de un hombre que, aunque simpático y bondadoso, igualmente no se logra entender como parte del problema. Su crítica sistémica sería más convincente si a la película no la eclipsara por un villano caricaturesco en su maldad. Observada parece haber tomado su desafortunada relevancia como una excusa para ser aburrida.