(Inside Out 2; Kelsey Mann, 2024)

Hubo un tiempo hace ya algunos años en el que la marca Pixar era sinónimo de lo mejor que el cine de animación podía ofrecer. Desde sus inicios a mediados de los noventa como pionero de la animación por computadora, cada uno de sus estrenos se caracterizaba por una frescura, madurez y emotividad que solo tenía rival en la producción de una casa productora como el Studio Ghibli de Japón. En algún momento (para algunos el estreno de Cars, para otros el de su secuela Cars 2), Pixar se convirtió en una marca más de Disney, de vez en cuando produciendo joyas nacidas de la inspiración personal de sus principales creativos, pero enfocándose cada vez más en generar éxitos de taquilla confiables basados en fórmulas probadas.

Uno de los mayores triunfos de la última década de Pixar ha de ser Intensamente, dirigida por el veterano Pete Docter (previamente había hecho Monsters Inc. y Up: Una aventura de altura): al mismo tiempo que era una aventura con todo el humor, sinceridad y emoción al que Pixar nos había acostumbrado, también era una metáfora acertada para la principal fortaleza del estudio. Con una historia que imaginaba la mente de una niña a punto de entrar a la adolescencia como un mundo fantástico, Pixar reiteraba su compromiso a pensar en el público infantil como seres de inteligencia y complejidad. Las películas debían tratarlo como tal, no solo distraerlos con colores y chistes bobos.

Con esta trayectoria en mente, es comprensible que una película como Intensamente 2 despierte emociones mixtas. Por un lado, es un regreso al amplio potencial de uno de los conceptos más frescos y atrevidos del estudio. Por otro, es una secuela más como Monsters University, Los increíbles 2 y Toy Story 4, todas víctimas de la ley de los rendimientos decrecientes. Intensamente 2 entonces nos lleva de regreso a la vida de la niña Riley (voz de Kensington Tallman) y las cinco emociones que, desde el centro de comando de su mente, guían cómo se siente y comporta: Alegría (Amy Poehler), Enojo (Lewis Black), Miedo (Tony Hale), Desagrado (Liza Lapira) y Tristeza (Phyllis Smith).

Intensamente 2_2

Al entrar oficialmente a la pubertad, ocurren grandes cambios en el entorno como en el interior de Riley. Ella está a punto de entrar a una nueva escuela en la que sus mejores amigas, Bree (Sumayyah Nuriddin-Green) y Grace (Grace Lu), no van a estar. Mientras que el equipo compuesto por sus emociones originales ahora debe coexistir y cooperar con el grupo de recién llegados que acompaña esta transición: Ansiedad (Maya Hawke), Envidia (Ayo Edebiri), Ennui (Adèle Exarchopoulos) y Vergüenza (Paul Walter Hauser).

Una crisis en uno de estos mundos alimenta una crisis en el otro. En el campamento de hockey al que asiste antes de entrar a la escuela, Riley se concentra en caerle bien a su compañera Val Ortiz (Lilimar), quien a sus ojos es toda una estrella del deporte. Sus emociones hacen todo lo posible por que Riley impresione a Val, pero Ansiedad se obsesiona particularmente con esta tarea, al grado de despojar a Alegría, Enojo, Miedo, Desagrado y Tristeza. Las cinco deben regresar a poner orden antes de que Riley haga algo demasiado drástico y pierda el sentido de su propia persona.

Intensamente 2 cae en la trampa de muchas secuelas: es más grande y saturada, introduciendo múltiples personajes nuevos al mismo tiempo que a los personajes originales, en lugar de tener una función orgánica dentro de la historia, se les pone a hacer algo obligatorio para que no se nos olvide que siguen ahí. Donde la primera Intensamente encontraba mucho de su conflicto dramático y poder emocional en el choque de opuestos que ocurría entre Alegría y Tristeza, la secuela se desarrolla más como la aventura de un equipo que nunca deja de sentirse como buenos amigos, nunca surgiendo entre ellos verdaderas asperezas que deban limarse.

Para fortuna de la película, su metáfora central es efectiva. La aventura lleva a sus personajes a través de divertidos juegos de palabras y metáforas visuales: un abismo de sarcasmo (derivado de las palabras en inglés “sarcasm” y “chasm”) y una “tormenta de ideas” en la que focos caen como gotas del cielo. Recuerdos enterrados de aquellas obsesiones infantiles como los programas de televisión y los videojuegos, así como la llegada de Nostalgia (caracterizada como una tierna anciana, que vagamente parece una palomita de maíz, con la voz de June Squibb) nos hablan de los adolescentes como seres conscientes de su pasado.

Intensamente 2_1

Riley empieza sintiendo a Alegría, Enojo, Miedo, Desagrado y Tristeza de manera más intensa (que se explica como una consola dañada y demasiado sensible) antes de que éstas sean exiliadas, explicando así cómo en la adolescencia se espera que uno reprima las emociones más simples. Su lugar es cedido a una pantalla de despreocupación e indiferencia–en cierto momento, cuando Ennui toma el control, Riley adopta un tono sarcástico despreciando lo que técnicamente es su banda favorita y a sus mejores amigas originales. El golpe asestado por Ansiedad, por su parte, habla de esa constante preocupación de los adolescentes con cómo los pares de uno lo perciben y cómo cada rechazo social se convierte en una situación catastrófica. La efectividad de ansiedad como antagonista (describirla como “villano” es un tanto exagerado) es completada por un diseño que evoca el maniaco narcicismo del Pato Lucas.

El gran problema de Intensamente 2 es que simplemente no se siente tan original como la película anterior y es un caso de Pixar repitiéndose en lugar de expandir sus posibilidades. No es solo que la novedad se ha perdido, pero aun con las diferencias sutiles en la edad que retrata y el elenco más amplio de emociones, Intensamente 2 llega básicamente al mismo punto e idea: que aquellos sentimientos que queremos evitar porque nos resultan desagradables en realidad son saludables de experimentar y nos hacen seres humanos completos. Hay que sentirlo todo, incluso cuando no se siente bien.

Intensamente 2 igualmente se sentiría más fresca si los complicados sentimientos de la adolescencia no fueran territorio ya explorado por Red de Domee Shi, otra película reciente de Pixar. Haciendo a un lado mis reservas hacia aquella película (en general puedo decir que Intensamente 2 me agradó más que Red), Red me parece que pinta un futuro más prometedor para Pixar, como marca y como estudio: una película de concepto original (aunque basado explícitamente en la mitología china), inspirado en la experiencia personal de su directora.

Intensamente 2 sigue siendo una obra en la que se nota gran cantidad de habilidad e ingenio, incluso si este parece orientado a cumplir con el dictado corporativo de recrear un éxito previo. El resultado final es efectivo, aunque demasiado seguro. Ver Intensamente 2 a ratos nos hace sentir las mismas emociones que Intensamente. No niego que las lágrimas se asomaron de mis ojos en su clímax. Pixar puede seguir hablando a los sentimientos reales de chicos y adultos. Pero una vez que los créditos aparecen, las emociones dan lugar al cómodo abrazo de lo familiar, la sensación de que hemos sentido esto antes, que nuestros horizontes, y los del estudio, no se han expandido.


★★★1/2


https://storage.ko-fi.com/cdn/brandasset/kofi_s_logo_nolabel.png?_gl=1*ctd280*_ga*NzgwOTE0NzE3LjE2NzgxMjgzMjI.*_ga_M13FZ7VQ2C*MTY4MzQ5MjY3OS41My4xLjE2ODM0OTI3NjUuMzYuMC4wÉste artículo, como el resto del archivo de Pegado a la butaca, llega a ti de manera gratuita. Si te interesa apoyar esta labor de crítica de cine independiente, te invito a realizar una donación a través de Ko-fi, a partir de 1 USD, o a compartirle esta publicación a alguien que creas que le puede gustar. ¡Gracias!