(Dan Da Dan: Evil Eye; Fūga Yamashiro & Abel Góngora, 2025)

Dan Da Dan: Evil Eye es ejemplo de un formato muy inusual en la animación occidental pero muy común en la japonesa: la película de compilación. Aunque técnicamente una película que recibe un estreno formal en cines, Evil Eye se compone de tres episodios de la segunda temporada de Dan Da Dan, serie de anime que a su vez es una adaptación del manga escrito y dibujado por Yukinobu Tatsu. Dado que la segunda temporada no se estrena como tal sino hasta julio de este año, Evil Eye tiene como atractivo el ser un adelanto a la continuación animada de la historia, así como la oportunidad de ver a personajes queridos en la pantalla grande.

Una película que técnicamente consiste en episodios de televisión nos obliga a moderar nuestras expectativas como público. Pero también sugiere un desafío particular para las personas involucradas en hacerla o (poniéndolo en términos extremadamente comerciales) empaquetarla: construir una experiencia satisfactoria que justifique una ida al cine cuando técnicamente es un anuncio de lo que está por venir. A manera de contraste, un ejemplo útil puede ser el de Spy x Family Código: Blanco, una película que igualmente se estrenó en cines, también derivada de un anime basado en un manga, pero que cuenta una historia original y técnicamente separada de ambos.

Si Código: Blanco utiliza sus primeros minutos para reiterar la premisa de la serie de manera amigable para el público que no está familiarizado con ella, el inicio de Evil Eye se compone de un montaje apurado de momentos destacados de la primera temporada. La ráfaga de información ayuda a que los iniciados nos pongamos al corriente, aunque seguro será casi incomprensible para quienes no la han visto. Este repaso (o reciclaje) ayuda a que la película se acerque a una respetable duración de poco más de hora y media, pero está montado con dinamismo y creatividad: un corte juega con el contraste entre el lanzamiento de una bola y una gota de agua, otro con la introducción y la aparente muerte de un personaje importante (para la serie, pero que no aparece en el resto de Evil Eye).

Dan Da Dan sigue a Momo (voz de Shion Wakayama) y Okarun (Natsuki Hanae) son un dúo de chica y chico adolescentes que luchan igualmente contra entidades sobrenaturales y seres extraterrestres–en redes sociales he visto a la serie descrita, cómica pero acertadamente, como un cruce entre Jaime Maussan y Carlos Trejo. Usando su mente, Momo puede manifestar un poderoso par de manos gigantes, verdes y fosforescentes. Okarun, por su parte, puede acceder a una personalidad demoniaca alterna que le permite moverse con enorme rapidez y confianza. Al final de la primera temporada, Momo y Okarun viajaron con Jiji (Kaito Ishikawa), un amigo de la infancia de Momo, a un retirado pueblo conocido por sus aguas termales para investigar la supuesta maldición de una casa. Evil Eye resuelve este tenso cliffhanger revelando que la maldición es obra de los Kito, una familia que prácticamente es dueña del pueblo y que se dedica a hacer sacrificios humanos a lo que creen es el dios serpiente Tsuchinoko.

Evil Eye preserva el encanto original de la serie, aunque eso es de esperarse considerando que es una continuación directa basada en el mismo material, hecha por las mismas personas–una adición importante es Abel Góngora, quien acompaña a Fūga Yamashiro como codirector de la película. Su hábil mezcla entre horror y acción se refleja de manera genial en la animación. Los diseños de las criaturas son perturbadores y creativos. Sus movimientos poseen una física imposiblemente ágil y fluida. Los diferentes estados entre la realidad y lo sobrenatural también le permiten saltar entre variados estilos de visuales. Destaca especialmente su uso del morado para sugerir la dominante presencia del villano principal.

Dan Da Dan también ha presumido un equilibrio entre lo muy oscuro y lo muy divertido. La historia de fondo de su villano contiene suficiente tragedia y emotividad. Como sucede con antagonistas de episodios previos, el ente llamado Mal de Ojo despierta sentimientos más complicados que nuestro deseo de verlo vencido con inteligencia y violencia por Momo y Okarun. La relación entre ellos dos sigue siendo el corazón de la serie, y su principal fuente de emotividad y comedia. Episodios anteriores han planteado la posibilidad de una atracción romántica y la presencia de Jiji, quien se presenta como un rival romántico de Okarun, ayudan a darle cierta urgencia a los eventos de Evil Eye. La primera parte de la película, en la que los dos interactúan torpemente con los Kito, tiene divertidos toques de comedia situacional, aunque el énfasis general en vencer a los villanos también impide que Evil Eye goce de los momentos más tiernos y cotidianos de otros episodios.

De manera esperada, Dan Da Dan: Evil Eye, no resuelve todos los hilos que plantea, pero funciona como una aventura con un inicio, desarrollo y desenlace suficientemente claros. Crea emoción por lo que sigue sin sentirse como un mero anuncio. Como ejemplo de un formato que existe en esa extraña tierra de nadie entre el cine y la televisión, es generalmente exitoso. La duración es completada por unas entrevistas breves con los directores Yamashiro y Góngora. Si bien algunos de sus comentarios se sienten como esas frases calculadas que se repiten en la promoción de muchas películas (cuando, por ejemplo, enfatizan la facilidad con la que colaboraron), otros, como cuando mencionan la influencia de películas o locaciones específicas, o se adentran al diseño de sus secuencias de acción, resultan un poco más reveladores.


★★★


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